Alejandro Barreito, A Coruña, y la primera noticia periodística habida sobre Pablo Picasso.

Alejandro Barreiro es con toda probabilidad el autor de la primera noticia periodística habida sobre Pablo Picasso.

Nació en Santiago de Compostela en 1874 y falleció en Coruña en 1948. Era hijo de Bernardo Barreiro de Vázquez Varela, archivero del Concello de Santiago y de la Diputación de Coruña y fundador de la revista Galicia Diplomática.

Alejandro Barreiro Noya llegará a ser muy popular debido a su labor periodística, en la que destacará como cronista y director de La Voz de Galicia (1914-1937) y secretario de la Real Academia Gallega. Prologó además las Obras Completas de Alejandro Pérez Lugín, que fueron editadas por Fax en 1945. Cabe señalar que Lugín convierte al mismo Barreiro, amigo suyo, en uno de los actantes de su famosa novela La Casa de la Troya.

En lo que nos ocupa, Alejandro Barreiro que había recriminado a José Ruiz Blasco la escasa calidad de su obra pictórica, es el autor de dos crónicas sobre su hijo Pablo (Picasso) que fueron publicadas en La Voz de Galicia y están firmadas con una «A».

La primera de ellas, escrita en la sección “De sol a sol” el 21 de febrero de 1895, dice: «De un niño de 13 años, hijo del profesor de la Escuela de Bellas Artes, Sr. Ruiz Blasco, son los dos estudios de cabezas pintados al óleo, que se hallan expuestos al público en el almacén de muebles que en la calle Real tienen los herederos de D. Joaquín Latorre. No están mal dibujadas, el colorido es acertado y la entonación es bastante buena y todo ello resulta superior si se tiene en cuenta la edad del artista: pero lo que es sorprendente es la valentía y soltura con que están ejecutadas, y no dudamos en afirmar que ese modo de empezar a pintar acusa muy buenas disposiciones para el arte pictórico en el infantil artista. Continúe de esa manera y no dude que alcanzará días de gloria y un porvenir brillante.»

La segunda crónica, en el mismo periódico, tiene fecha del 3 de marzo de 1895 y también se corresponde con una “exposición” realizada en otro comercio de la Calle Real coruñesa. «El otro cuadro, del joven Sr. Ruiz Picasso, es una nueva prueba de su talento pictórico. Representa a un mendigo muy conocido en La Coruña, en actitud de implorar una limosna, y la ejecución denota verdadera valentía, como si los pinceles en vez de ser manejados por débil mano, lo fuesen por la de un pintor ya avezado al trabajo. El color es sobrio, y el dibujo, aunque un tanto incorrecto en algunas partes de la figura, no lo es tanto que no permita presumir que le será fácil a su joven autor el corregirse de éste y otros defectos en que, a su edad, es muy fácil incurrir.» (Lucindo-Javier Membiela, 2008, Montañez, 2007; Chao, 2008).

Nota: pasados los años un retratista de gran calidad y muy conocido en Coruña, el marqués de Almeiras, hará un retrato de connotaciones parecidas a dos mendigos en la calle Fonseca y al pie de la iglesia de los Jesuitas, vecina a Payo Gómez, la rúa en la que vivió Pablo Picasso. Estos mendigos, de los que existen algún boceto que también he conocido eran un pobre ciego que tocaba el acordeón atendido por su mujer y que vivían por lo que se decía en el asilo coruñés.

La obra que se cita en el artículo de Barreiro es El hombre de la gorra, un óleo que Picasso conservó consigo toda la vida y que ahora se puede ver en el Musée Picasso de París.

Para finalizar, señalamos además que Alejandro Barreiro practicó la pintura y el modelado en el taller que Román Navarro tenía en la calle de Sánchez Bregua, siendo este conocido pintor amigo del padre de Picasso y quien permutará la plaza de la Llotja de Barcelona por la que don José Ruiz tiene en la Escuela de Bellas Artes de Coruña.

A Barreiro Noya hay que considerarlo un promotor cultural y un entusiasta de su región, para la que promovió las Exposiciones Regionales de 1917 y 1923.

* Exposición en el Palacio de María Pita, en 1917. Están presentes: Tella, Abelenda, Barreiro (en el centro de pie, séptimo comenzando por la izquierda), Sobrino, Palacios, Seijo, Sotomayor, Lloréns, Castelao, Concheiro, Francés, Madariaga (con sombrero en las manos), González del Villar y dos personas sin identificar. Sentados: la mujer de Francés, Emilia Pardo Bazán y Picadillo.

 

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