El botafumeiro y La Casa de la Troya
Hoy el Botafumeiro es emblema de la Catedral de Santiago de Compostela; y su vuelo una anhelada experiencia del que vistita la ciudad del Apóstol.
En el tiempo de “La Casa de la Troya” se utilizaba para refrescar el olor a sudor y miseria que consigo traían los peregrinos y también los montaraces, los romeros, los llagados, los burgueses, los aldeanos y los transeúntes que acudían á Feira do Noso Patrón Sant-Iago.
A los que llegaban como peregrinos no se les permitía pasar más de tres días seguidos en la ciudad, porque para algunos de aquellos amables piratas la peregrinación era una manera de vivir a cuenta de la limosna.
Recordaremos lo que escribe Lugín: «Un mendigo […] lleno de lamparones […] medio comido por la lepra […] levantó, salmodiando […] la pesada cortina que defendía el templo del frío […] y así que hubieron pasado […] volvió a la disputa en que estaba metido con otros dos pobres, dos peregrinos que se acurrucaban en el pórtico», y «Hízole admirar el gigantesco botafumeiro y le recitó, ¿cómo no?, los famosos versos […]: || Tiene un santo Compostela y el rey de los incensarios, que de nave a nave vuela».
El Botafumeiro se encendía con incienso y volaba del lado norte al sur de la Catedral manejado por los tiroleiros y capitán que, en un momento determinado y para pararlo, se engarzaba a él de un salto recreando entre ambos-los dos un volantín digno de figurar en el teatro místico europeo del siglo XVII.
Matías Membiela-Pollán
* La fotografía recoge el momento previo al vuelo del botafumeiro, en la tarde del 26 de Julio de 2024.